¿Qué es el amor?
Es el deseo intenso de conectar y estar unido a otra persona; luego no se trata de una emoción sino de una motivación; porque es una fuerza que conduce hacia el objeto amado. No es un fenómeno únicamente humano, también en el reino animal, existe ese deseo de conexión, en mamíferos, aves e incluso en los caracoles. De hecho, se considera un fenómeno clave para la supervivencia de cualquier especie.
El amor aparece en cualquiera de estas situaciones: en el deseo sexual (sí, se puede hacer el amor con amor), en la pasión hacia una persona especial, y en el apego que se genera con una pareja.
FASE 1 DEL AMOR EL DESEO
El deseo lo entendemos como la libido, la atracción sexual que se genera hacia cualquier persona independientemente de que nos resulte interesante, con la finalidad de acostarnos con ella. El deseo en el cerebro es cuestión de minutos, un flechazo.
¿Qué nos atrae más a hombres y mujeres?
Las cosas que nos producen mayor atracción sexual tienen funciones para la supervivencia de nuestra especie, porque son indicadores de salud y mejor transmisión genética. A las chicas, debido a sus necesidades de supervivencia, les atraen más los indicadores en los hombres de su potencia sexual, salud y estatus social. Estos son:
La estatura, que es el indicador de atractivo más importante y la postura, que es un potenciador del estatus social.
el ratio pecho/cintura (musculosos).
la edad, que es un marcador del estatus social, y las mujeres suelen preferir hombres de mayor edad, excepto cuando tienen superioridad económica, entonces prefieren hombres más jóvenes.
sobre el rostro, genera mayor atractivo una mandíbula marcada y ancha y la frente ancha; porque son indicadores de alta testosterona; y el color de piel: tostado, que también indica altos índices de testosterona.
A los chicos, debido a sus necesidades de supervivencia, les atraen más los indicadores de fertilidad y accesibilidad sexual de las mujeres. Estos serían:
el rostro: simétrico, ojos grandes, labios carnosos, mandíbula inferior corta, que son indicadores transculturales de feminidad y fertilidad.
Y no, el cuerpo de modelo no es el más deseado por los hombres, sino el de mujer con curvas porque indica mayores niveles de estrógenos y progesterona.
la edad (más jóvenes)
el pelo largo y cuidado, la suavidad y brillo de la piel, pues son indicadores de salud.
¿Cuándo acaba el deseo?
El deseo se sacia rápidamente, y cuando la noche se acaba, no fue una relación sino exceso de testosterona y dopamina. Las personas que actúan por sus deseos sexuales pero buscan en el sexo la satisfacción de una necesidad emocional, es más frecuente que se sientan decepcionadas o culposas cuando se acuestan con alguien porque lo habitual a nivel cerebral es que el deseo se sacie rápidamente pero las necesidades emocionales no.
FASE 2 LA PASIÓN AMOROSA
Cuando el deseo sexual se orienta no de manera indiscriminada, sino hacia una persona concreta (o varias) a la que se le ha dado un significado especial, y no podemos parar de pensar en ella, entonces hablamos de estar enamorado.
Se trata de lo que llamamos la fase de pasión amorosa, un estado intenso de deseo de unión hacia el otro, que nos atrae de manera romántica; que implica centrar nuestra atención en esa persona, ser altruista con ella, priorizar hacia ella.
A nivel cerebral, se segrega dopamina (placer), noradrenalina (activación) y serotonina (bienestar), lo cual estropea nuestra racionalidad, y organiza comportamientos para que alcancemos la meta de estar cerca de esa persona, y esto se sobre activa cuando la persona no nos hace caso.
La pasión amorosa implica a nivel psicológico un estado de obsesión, pensamientos intrusivos (cuando decimos “no me lo puedo quitar de la cabeza”). Eso es porque nuestra amígdala, encargada de las emociones, está disparada; inhibiendo la actividad de la corteza pre frontal que se encarga del pensamiento racional; lo que da como resultado que estemos literalmente embobados con esa persona. Además, como la amígdala conlleva la activación del sistema límbico, hay una sensación de energía, euforia, y cambios en el estado de ánimo (éxtasis si va bien y desesperación si va mal).
¿La pasión se acaba?
La pasión dura entre 5 meses a un año, suele acabarse a los 17 meses, porque sino el cerebro se muere de sobredosis. Esto es así porque durante esta fase hay una actividad muy alta en el sistema límbico (responsable de las emociones y el estrés), que inhibe la actividad de la corteza prefrontal, responsable de la racionalidad. Si permaneces enamorado mucho tiempo, tu toma de decisiones, pensamiento lógico, planificación, e inteligencia dejan de funcionar, y te vuelves literalmente menos funcional a nivel cerebral. Por eso, la pasión debe acabarse para que podamos sobrevivir.
Este proceso es el mismo que hace que se rompa la idealización, y empecemos a ver a la persona tal cual es, y no como queríamos o esperábamos que fuera.
Normalmente la mayoría de relaciones se acaban cuando se llega a este punto, de lo contrario, habría una parte de compromiso en la relación que permite sostener ese deseo de unión por encima de lo que no nos gusta del otro. No es un mito que no hay más pasión como al principio, pero sigue siendo amor aunque los matrimonios no quieran tener sexo, normalmente los hijos suelen ocupar el primer plano.
Cuando el enamoramiento se acaba, queda el cariño al cabo de un año aproximadamente, porque la finalidad última del amor es el cuidado y conservación de la pareja. Esto implica sentimientos de pertenencia, compromiso, calma, seguridad, estabilidad, confort social y ansiedad de separación. Volvemos a recuperar el control de nuestros actos y podemos planificar el futuro para cuidar a la pareja y que ellos sobrevivan, por eso como dijimos se va desactivando el sistema límbico y se vuelve a activar la corteza pre frontal para que podamos ser racionales otra vez. Entramos en la fase de apego.
LA FASE 3 EL AMOR: EL APEGO
El apego es una de las motivaciones fundamentales del ser humano, y es la motivación que permite nuestra supervivencia cuando somos bebés. Los padres generan vínculos de apego hacia los hijos, y de adultos, los generamos hacia la pareja.
A nivel cerebral, se segrega oxitocina que es la neuro-hormona de los abrazos, y vasopresina. Están relacionadas con los orgasmos generando un sentimiento de confianza hacia esa persona, con las caricias que también producen apego, el contacto ocular frecuente fortalece el vínculo y capacidad de atención (aumento de noradrenalina) y percepción de los estados emocionales de la pareja (adivinar lo que siente) a través del lenguaje no verbal.
Se trata por tanto de un vínculo de confianza, generosidad, y empatía que se graba fuertemente en la memoria, y favorece estados de bienestar liberando dopamina. Es más difícil mentir a nuestra pareja y que no nos lo detecte, debido a esto, a los altos niveles de oxitocina. Además, el vínculo de confianza implica la aversión al riesgo ajeno de la pareja y los hijos, y disminuye la sensación de estar en peligro. Es decir, las parejas nos calman. De hecho, es indicador de mayor salud mental. Y todo ello hace que nos queramos mantener en esta relación.
¿Existe el amor eterno?
El amor estilo apego también tiene fecha de caducidad, exactamente 4 años, que es el tiempo suficiente para que una cría humana pueda ser cuidada y sobrevivir sola a partir de ahí. Todo ello a nivel biológico, lo cual no quiere decir que las parejas no puedan aprender a mantenerse unidas.
Según un estudio psicológico, el amor eterno o de larga duración existe sólo para un 8-13 % de la población en la que se encontró que las áreas encargadas cerebralmente del amor se activaban con la misma intensidad a los 20 que a los 80 años.
Cada uno de estos tipos de experiencias en nuestra afectividad requiere a veces atención psicológica si durante alguna de las fases algo se rigidiza, se trastoca o no nos resulta tal como esperamos.
Autora: Candela Molina